Al menos 530 personas en Estados Unidos (EU) han desarrollado una misteriosa enfermedad pulmonar vinculada con la inhalación de vapores creados por el calentamiento de un líquido en el interior del cigarrillo electrónico (vapeo), de acuerdo con medios locales que citaron una investigación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA).

Según el diario The Washington Post, la FDA ha iniciado una investigación sobre el uso de los cigarros electrónicos paralela a la de salud pública liderada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EU (CDC, en inglés).

No obstante, de momento se desconoce la causa de la enfermedad, de la cual se tienen registros en 38 estados.

Los casos reportados tenían como antecedente el uso de cigarrillo electrónico o vapeo, según los funcionarios.

El informe periodístico apuntó que los datos iniciales mostraban que muchas personas tenían un historial de uso de cigarrillo electrónico con productos como el tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo de la mariguana.

Otras, añade el Post, dijeron haber usado tanto nicotina como THC, unas sólo nicotina, mientras que algunas admitieron haber recurrido al mercado negro o a productos del THC.

De acuerdo con el diario, expertos de la industria de la mariguana han advertido que en el mercado negro se emplean sustancias para espesar el aceite de THC, entre ellas un derivado conocido como acetato de vitamina E.

Sin embargo, los investigadores no han identificado algún producto o sustancia como responsable subyacente de la enfermedad, aunque sospechan de alguna forma de exposición química.

El director del Centro de Productos de Tabaco de la FDA, Mitch Zeller, aclaró, citado por el Post, que la investigación busca perseguir la “cadena de suministro” y no a los consumidores, al tiempo que se expresó alarmado por el uso de “productos que contienen THC”.

El pasado 6 de septiembre, las autoridades en EU informaron de la muerte de cinco personas (tres de ellas ese mismo día) como consecuencia de los cigarrillos electrónicos.

Según los CDC, la nicotina, tanto en los cigarrillos regulares como en los electrónicos, es adictiva.

Otros ingredientes en el líquido de estos cigarrillos incluyen partículas ultrafinas que pueden llegar a los pulmones, compuestos para dar sabor como el diacetilo, un químico vinculado con graves enfermedades pulmonares, y metales pesados como níquel, estaño y plomo.

Amenaza real

De acuerdo con el informe mundial sobre el tabaco, presentado en julio en Río de Janeiro por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cigarrillos electrónicos representan una “amenaza actual y real” en la lucha por disminuir el impacto global del cigarrillo tradicional o de tabaco.

Vinayak Prasad, responsable de la Unidad de Control del Tabaco de la OMS, explicó que esos productos se han convertido en una puerta de entrada para los jóvenes. Y por eso su recomendación a los gobiernos es que “los traten y regulen como productos de tabaco”.

La advertencia se justifica por el aumento de la popularidad de estos dispositivos en el mundo, que ya cuentan con 367 millones de usuarios, frente a mil 100 millones de fumadores de cigarrillos convencionales.

Muchos han empezado a reemplazar los cigarrillos tradicionales por este avance bajo la idea de que es menos tóxico y podría servir como un puente para abandonar el tabaco de forma definitiva.

Sin embargo, “no se conoce en detalle su composición, no se sabe lo que la gente inhala. Hay demasiadas referencias disponibles en el mercado y pocas normas”, explicó el profesor Loic Josseran, presidente de la Alianza contra el Tabaco durante la presentación del informe.

A raya, los saborizados

El 11 de septiembre, el Gobierno federal de Estados Unidos anunció la prohibición, en los próximos meses, los productos de vapeo saborizados, tras el aumento de afecciones pulmonares graves.

En esa ocasión, el secretario de Salud, Alex Azar, indicó que tras el lanzamiento de una nueva guía reguladora habrá 30 días de plazo para su entrada en vigor, momento a partir del cual “todas las cargas saborizadas de cigarrillos electrónicos, excepto el tabaco, tendrían que ser retiradas del mercado”.

Los productos con sabor a tabaco pueden seguir vendiéndose, pero requerirán autorización de comercialización para mayo de 2020.

Vapeador activo y productor

“Para mí sí funcionó. Lo probé, me gustó y me quedé. Ya no fumo tabaco”, aseguró Toño, un vapeador activo quien desde hace siete años usa el cigarrillo electrónico.

Adulto, de 42 años, aseguró, sin embargo, que vapear le sale más barato que fumar. De entrada, un cigarrillo electrónico, dependiendo de la marca y potencia, puede llegar hasta los tres mil pesos.

Toño explicó que la forma de conseguir un cigarrillo electrónico es sencilla. “En Guadalajara hay muchas tiendas de vapeo o smoke shops. Algunas ‘disfrazan’ su comercio con la venta de pipas”.

Dijo desconocer qué dependencia oficial exige o expide la licencia para comercializar los productos de este tipo. Agregó que por su cuenta inició con la preparación de extractos. Incluso, su experiencia le ha permitido configurar sus propios aparatos y esencias que, presumió, son casi infinitas.

Además, los vapeadores pasivos no se quejan. Toño aseguró que el vapeo es un “vicio igual que el tabaco y suple la ansiedad”, pero sin humo. Agregó que nadie se ha quejado por el vapor del aparato electrónico, pero recordó que con el cigarrillo tradicional era otra situación.

“Hay sabor de lo que te imagines”, dijo al destacar la amplia gama de extractos: tequila, ron, champaña, café, pizza, postres o tabaco, entre otras, e incluso sus esencias le han permitido estrenarse en la producción de los consumibles.

Toño concluyó que el vapeo “no es igual o peor que el tabaco”, por lo que ve a las grandes empresas que lideran el mercado del tabaco dentro de las campañas contra el cigarrillo electrónico.

VAPORES

¿Qué contienen los cigarrillos electrónicos?

El vapeo consiste en inhalar vapores creados por el calentamiento a alta temperatura de un líquido en el interior del cigarrillo electrónico.

Este líquido contiene, la mayor parte del tiempo, nicotina, una sustancia muy adictiva que puede afectar el desarrollo del cerebro antes de los 25 años y, según ciertos estudios, tener un efecto adverso en el de los adultos.

En cambio, no incluye muchas sustancias peligrosas que se encuentran cuando se fuma un cigarrillo, como el alquitrán (cancerígeno) o el monóxido de carbono (causa de enfermedades cardiovasculares).

Pero el vapor sí contiene partículas finas que penetran en los pulmones. Hay “muchas sustancias potencialmente tóxicas”, concluyó un informe de la Academia de Ciencias estadounidense publicado en 2018.

Entre ellos, metales (níquel, plomo...) procedentes probablemente de la bobina utilizada para calentar el líquido, así como aditivos considerados seguros en la industria agroalimentaria, pero vinculados con enfermedades pulmonares o no estudiados bajo su forma vaporizada.

Se prevé que pasen décadas para tener la certeza de los efectos a largo plazo de esas sustancias en las células del cuerpo.

¿Vapear es peligroso?

Los investigadores tienen aún poca perspectiva sobre los cigarrillos electrónicos, vendidos desde mediados de la primera década del siglo.

Para quienes ya fuman, el consenso científico actual es que reemplazar al cigarrillo por el vapeo es menos nocivo: la nicotina queda, pero las sustancias cancerígenas presentes en los cigarrillos ya no son inhaladas.

“Incluso, si bien es difícil cuantificar de manera precisa la toxicidad a largo plazo del cigarrillo electrónico, ésta es muchísimo menor que la del cigarrillo tradicional”, indicó en 2015 la Academia de Medicina francesa.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se muestra más prudente, tomando como referencia un informe de 2014: “Los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) son probablemente menos tóxicos que los cigarrillos, pero no hay pruebas suficientes para cuantificar el nivel preciso de riesgo”.

En cualquier caso, “los SEAN son incuestionablemente nocivos y deben ser regulados”.

Por otra parte, en Estados Unidos, una misteriosa epidemia de enfermedades pulmonares agudas ha causado varias muertes este año y enviado a cientos a emergencias médicas.

La mayoría había comprado líquidos con THC, la sustancia psicoactiva del cannabis, pero se ignora cuál ingrediente, entre los numerosos aditivos, podría haber dañado los pulmones.

¿Vapear permite dejar el tabaco?

Un estudio británico publicado en febrero en The New England Journal of Medicine observó que los cigarrillos electrónicos eran más eficaces que los parches y otros productos de sustitución.

Pero aún no hay suficientes pruebas, según la OMS, que cita tres estudios de 2016 y 2017. La posibilidad de que el vapeo juegue un papel para ayudar a dejar el tabaco “no está claro” y varía según el cigarrillo electrónico.

Por todas estas razones, la OMS no incluye al cigarrillo electrónico entre los métodos recomendados para dejar el tabaco, y juzga que no debe ser promovido como tal.