Imagen obtenida de www.hacerfamilia.com

Resumen

Las relaciones familiares y el ciclo reproductivo de la familia es el objeto de estudio de este texto. La investigación se centra en la familia a través de una narrativa popular que son los chistes. Los chistes reflejan las relaciones familiares, encuentros y sobre todo desencuentros. Los chistes señalan los problemas y si bien no dan respuesta sí los relativizan y destensan los conflictos.

Palabras clave: familia, ciclo reproductivo, humor, chistes.

 

El objetivo de este texto es una revisión sobre las relaciones familiares en general con énfasis especial en el ciclo reproductivo y entre madres, padres e hijos, pero con una visión un tanto especial en el sentido de que se realiza por un medio particular: los chistes. Esta narrativa describe y explica estas relaciones dinámicas y conflictivas, amorosas y dolorosas. Lo curioso, y creemos que importante, es que siempre hay un chiste para cada situación y relación, para cada etapa familiar y de la vida de un individuo en su seno. Por lo que se trata de una mirada poco estudiada y en principio interesante de conocer y además posible de seguir con objeto de saber los nudos gordianos que afectan a la familia en nuestros días, y además reírnos de ellos.

La familia sigue siendo, hoy por hoy, la institución social más apreciada y mejor valorada, según gran cantidad de encuestas, en prácticamente todos los países. También las relaciones intrafamiliares suelen ser fuente de fricciones y conflictos, una prueba para el crecimiento personal, un modelaje para la inclusión social y un aprendizaje para casi todo en la vida.

Sobre la familia, sus relaciones y su importancia hay mucho escrito. Aquí abordamos el tema, sin embargo, lo vamos a hacer desde un punto de vista distinto, como ya dijimos, el humorístico. De paso también deseamos apuntar la necesidad y disfrute a la vez del humor y la risa en la vida, en toda la existencia y en el núcleo familiar, así como en las interrelaciones del parentesco y de las amistades. No vamos a ahondar en el tema, pero es preciso señalar cómo el humor y la risa traen un sin número de beneficios.

El humor, la risa y los chistes: contexto y antecedentes

Para iniciar un muy breve resumen sobre humor, risa y chistes. En la actualidad se considera que “El humor es, con mucho, la conducta más significativa de la mente humana” (De Bono, 1992:4). Es más, también se afirma que “El humor es un modo de percibir una relativa “distancia” entre nosotros mismos y el problema que nos afecta; es una forma de completar nuestras dificultades desde una cierta perspectiva” (May cit. García, 2002:12). Por lo que parece más que claro su importancia en las relaciones sociales y principalmente en las que contienen algún tipo de conflicto o problema. Por otra parte, el humor está en la mente de quien lo percibe y la risa es la respuesta fisiológica al humor (García, 2002). Para Berger (1999:11):

“…el humor ¾o sea, la capacidad de percibir algo como gracioso¾ es universal; no existe ninguna cultura humana que carezca de él. Al mismo tiempo, lo que la gente considera gracioso y lo que hacen para suscitar respuestas humorísticas varía enormemente de una época a otra y de una sociedad a otra. Dicho de otro modo, el humor es una constante antropológica y es históricamente relativo. No obstante, más allá o por debajo de todos los relativismos, existe algo que se supone que el humor percibe. Este algo es, justamente, el fenómeno de lo cómico (que, por decirlo así, es el correlato objetivo del humor, que sería la capacidad subjetiva)”.

Por su parte la risa “es una respuesta física, involuntaria en forma de emoción placentera” (Rubinstein cit. Rodríguez Cabezas, 2008:49). Ésta va de la sonrisa a la carcajada, es expresión y un acto que se deriva de la percepción con humor de algo considerado cómico, que surge o que se crea, se vierte o dirige hacia un objeto, a través de una percepción subjetiva desde el sentido del humor.

Muchas son las definiciones de risa, elegimos una: “Definimos la risa…como una reacción psico-fisiológica caracterizada externamente por unas vocalizaciones repetitivas (típicamente transcritas en castellano como ja-ja, je-je, etc.), una expresión facial fácilmente reconocible (boca en una sonrisa cerrada o abierta, comisuras de los ojos arrugadas), unos movimientos corporales característicos (del abdomen, hombros, cabeza y en casos de risa intensa en todo el cuerpo), y una serie de procesos neurofisiológicos concretos (cambios respiratorios y circulatorios, activación del sistema dopaminérgico y otros circuitos neuroquímicos, etc.); internamente por una sensación subjetiva reconocible (que llamaremos hilaridad) y de carácter placentero en mayor o menor medida” (Carbelo y Jáuregui 2006:3).

Finalmente los chistes son, en resumidas cuentas, “la forma más sucinta de humor verbal” (Berger, 1999:16). Un juego de pensamientos según Kant (Portilla, 1997). Humor verbal que aligera la existencia y mitiga el sufrimiento o la rutina (Berger, 1999). Una práctica significante, un acto social compartido y colectivo, un acto socializador que requiere un contexto común y una complicidad concreta. Por supuesto, comunicación, interrelación, socialización y renovación energética. Vigara Tauste lo define como “un subgénero humorístico y pseudoliterario, que se mueve habitualmente en el terreno de la ficción y se define por su función lúdica, su intencionalidad cómica, su brevedad, su efecto-sorpresa y su “cierre previsto” (1998:24). Textos narrativos y dialógicos (Torres Sánchez, 1997).

El chiste se puede considerar un momento catártico, una explosión emotiva, más allá de sus orígenes y sus intenciones conscientes o inconscientes, así como sus funciones diversas. Un chiste es un “anti-rito” (Douglas cit. Berger, 1999), ya que mitiga jerarquizaciones y clasificaciones, suaviza límites, deja la estructura social temporalmente suspendida, todo se relativiza. Es un discurso –transformaciones intertextuales paradigmáticas- y un texto –transformaciones intratextuales sintagmáticas-. Un potente mecanismo de socialización –relaciones intersubjetivas- (Pérez Yglesias, 2002).

Se caracteriza básicamente por ser anónimo, en general verbal aunque también escrito, humorístico, actual, popular, crítico, carnavalesco, ambiguo, caricaturesco, valorativo, clasificable, espacio semántico y pragmático –un significante y dos significados y acto de evaluación-, pertenece a los géneros paródicos –intertextual- y satírico –extratextual- y es también un juego lingüístico –intratextual-, constituye una práctica significante de ruptura, aun cuando se reproduce sistemáticamente su carácter ambiguo, lúdico y caricaturesco lo hacen tener un sentido. Como una práctica significante y productora de sentido sólo existe en su actualización –pragmática como acto intencional y evaluativo- en el espacio de la comunicación donde se construyen sentidos (Pérez Yglesias, 2002).

Sobre los chistes y su relato social: la importancia del instrumento y procedimiento

Las relaciones familiares pueden estudiarse a partir de distintas disciplinas, desde la demografía hasta la psicología, pasando por tradicionales o novedosos enfoques terapéuticos hasta la historia, medicina o sociología. Aquí optamos por revisarlas a la luz de los chistes, anónimos y populares, que circulan en nuestros días sobre el tema. Como dice Berger (1999) éstos son un documento social, un acercamiento a cómo está el tema en cuestión a través de los mensajes y discurso en sus relatos.

Además nos regalan su perspectiva humorística, nada despreciable y menos en cuestiones que pueden entrañar malestares y sufrimientos, y también un enfoque desde las personas y grupos sociales en general no desde las y los expertos en la materia o las teorías al respecto.

Eso sí se trata de un medio que cuenta con el azar en el sentido de recopilación de datos, o en todo caso con la intuición de quien selecciona los chistes a presentar, y cuya única forma de hacerlo ha sido en función de que éstos –ya sea oídos, o leídos, recabados cara a cara o en internet- tengan sentido para ciertos colectivos, bajo la única prueba de que provoquen risa o cuanto menos una sonrisa. Si las personas se ríen, funcionan, no importa su origen, y es que en nuestros días con las dinámicas sociales existentes no parece haber fronteras para ellos.

No vamos a entrar en la infructuosa discusión sobre si los chistes contribuyen a evadir la problemática que señalan o reproducir estereotipos, prejuicios y discriminación, o no son políticamente correctos, como está de moda decir en nuestros días. Todo eso es o puede ser cierto sin embargo, también es posible mirar a los chistes desde su vertiente terapéutica, y es imposible desconocerlos o prohibirlos. Los chistes son una realidad, toda vez que una sana forma de encarar esa realidad. Aquí partimos de esa idea para este estudio, a la cual añadimos que no por ser amenos y risueños se deja de ser serio lo que tratamos es importante, preocupante y necesario, pero la mirada humorística nos ayuda, nos señala el conflicto o nos lo recuerda, y si no lo resuelve, por lo menos nos arranca una sonrisa, una reflexión y quién sabe si una introspección que colabore con la solución.

Resultados del estudio

Las relaciones humanas en el núcleo familiar

En las familias conflictivas, los cuerpos y rostros de la gente manifiestan su sufrimiento. Los cuerpos se vuelven rígidos y tensos, o encorvados. Los rostros parecen ceñudos, tristes, o indiferentes como máscaras. Los ojos miran hacia el suelo y más allá de la gente que está enfrente. Resulta evidente que los oídos no escuchan y las voces son ásperas y estridentes, o apenas audibles. No hay muestras amistosas entre los miembros individuales, no existen demostraciones de alegría en la convivencia. La familia parece permanecer junta por obligación, y unos tratan apenas de tolerar a los demás. A veces he visto que alguien trata de aligerar la tensión del ambiente, pero sus palabras son recibidas con frialdad. Más a menudo el humor es cáustico, sarcástico, incluso cruel. Los adultos están tan ocupados en decir a los hijos, y el uno al otro, lo que deben y no deben de hacer, que jamás aprenden a disfrutarse como personas. Los miembros de las familias conflictivas suelen sorprenderse de que, de hecho, puedan disfrutar de la compañía de los demás (Satir, 2002a:25).

Este entramado de falta de seguridad y confianza y autorrealización al que apunta Satir (2002a), nos recuerda a la falta de reconocimiento, amoroso, jurídico y moral (Honneth 2009). Una carencia de empatía y comprensión, este dolor marcado en rostros, cuerpos y gestos, pero y sobre todo el no ver ni escuchar a la otra o al otro, que es lo que aquí creemos intentan no hacer los chistes sobre el tema, por supuesto a su modo.

Satir también señala tres cuestiones centrales para unas relaciones familiares satisfactorias o en su caso problemáticas: autoestima o autovalía de cada individuo, patrones de comunicación y reglas familiares. Vamos a recordarlas e ilustrarlas en algunos chistes que no sólo saben de ellas, las nombran, recuerdan e invitan, como decimos, a la reflexión.

Autoestima o autovalía de cada individuo

“Los sentimientos e ideas que el individuo tiene de sí mismo” (Satir, 2002a:17). La baja autoestima es contagiosa, además genera relaciones destructivas, y afecta a la familia. La autoestima disminuida de una persona de la familia trae problemas. Si bien, añadimos aquí, si ésta es de algún modo exagerada también los puede causar.

“— Disculpe, ¿tiene pastillas para la baja autoestima? — Sí, tome. — No, no me las merezco”

“Once personas se aferraban a una misma cuerda que colgaba de un helicóptero, diez hombres y una mujer.

La cuerda no era lo suficientemente gruesa como para soportar el peso de todos, por lo que decidieron que una persona debía soltarse. De otro modo, todos caerían.

No lograban elegir quién sería esa persona, pero entonces la mujer, con voz firme, anunció que se ofrecía voluntariamente para soltarse de la cuerda.

Después de todo, dijo, estaba acostumbrada a relegar sus intereses propios, ya que:

Como madre siempre daba prioridad a los hijos;

Como esposa, anteponía los intereses de su marido a los propios,

Como hija se doblegaba ante su padre,

Como profesional permitía que sus jefes obtuvieran el crédito por sus logros.

Como mujer, dijo alzando la mirada hacia el infinito y poniéndose una mano sobre el corazón, su misión en la vida era sacrificarse por los demás, sin esperar nada a cambio.

Eufóricos de emoción y orgullo, los hombres rompieron en aplausos… y se cayeron los muy gilipollas!

Moraleja para los hombres: Nunca te fíes de la abnegación de la mujer, es noble pero no imbécil”

 

Patrones de comunicación

“Los métodos que utilizan las personas para expresar sus ideas a los demás” (Satir, 2002a:17). La comunicación refleja la experiencia de las relaciones interpersonales, el poder y saber expresar intimidad y afectos, el intercambio informativo, los significados de la comunicación “la capacidad de los miembros de la familia para utilizar las palabras de manera adecuada” (2002b:187). Todo un reto, ya que las palabras a veces no pueden expresar todo lo que se piensa, menos lo que se siente, además de que en ocasiones incomunican más que comunicar, pero ese es ya otro asunto. En todo caso y para el tema que nos ocupa, parece clave la comunicación, una buena comunicación y una comunicación de calidad. Parece claro como es sobresaliente su impacto disfuncional e insatisfactorio como fuente de comprensión, valoración y reconocimiento en las relaciones inter e intrafamiliares. “En una familia disfuncional, las comunicaciones son indirectas, poco claras y rara vez aclaradas” (Satir 2002b:187). Por supuesto, esto tiene lugar en varios espacios sociales y relaciones de todo tipo; sin embargo, su incidencia en la familia parece más sentida y dolorosa.

En general la comunicación poco sincera, vaga o indirecta es fuente de dificultades. Otra cosa es que, consideramos aquí, a veces ciertas sinceridades hirientes también pueden ser obstáculos para el entendimiento.

Crecer es transformarse, los conflictos y las emociones son parte de la vida y del cambio, la renegociación de las relaciones familiares en este proceso parecen oportunas, y en ello la comunicación es vital. Importa la comunicación asertiva. Para el caso que nos ocupa y sobre los problemas de comunicación entre los géneros en la relaciones de pareja y familiares existen una gran cantidad de chistes, lo cual apunta la importancia del tema y subraya el conflicto intergenérico y social existente sobre el mismo en nuestros días.

“-Hace ya 18 meses que no le hablo a mi mujer…
-¿Que, están peleados?
-¡No, es que no quiero interrumpirla!”

“El español de las mujeres:

.NO = Sí.
· SÍ = No.
· TAL VEZ = No
· DECIDE TU = Más te vale que se haga como yo digo.
· ERES LIBRE DE HACER LO QUE QUIERAS = Ni se te ocurra hacerlo, cabrón.
· HAZ LO QUE QUIERAS = Ya verás cómo te va pendejo.
· NO, NO ESTOY ENOJADA = Estoy encabronadísima ¡imbécil!
· ¿TE ESTÁS DURMIENDO? = ¡No te duermas!
· ESTA NOCHE ESTAS MUY CARIÑOSO = ¡No tengo ganas de chaca-chaca!
· ¿ESTOY GORDA? = Dime que estoy buenísima.
· QUIERO CAMBIAR ESTAS CORTINITAS = y las alfombras…y la pintura… y los muebles…
· ES QUE ESTA COCINA ES TAN CHIQUITA = Quiero una casa nueva.
· ¿ME AMAS? = Te voy a pedir algo.
· ¿CUANTO ME AMAS, AMOR? = Y cuesta muchísimo.
· NECESITAMOS… = Yo quiero.
· TENEMOS QUE HABLAR = Tienes un problema…
· CREO QUE NO ME ENTIENDES, MI AMOR = Más te vale que estés de acuerdo conmigo, cabrón.

“El español de los hombres:

.TENGO HAMBRE = Tengo hambre
· TENGO SUEÑO = Tengo sueño
· ESTOY CANSADO = Estoy cansado
· A VER, A VER, VAMOS A HABLAR = Estoy tratando de Impresionarte, para que pienses que soy un hombre profundo y accedas a aventarte un brinco conmigo.
· ¿ME CONCEDES ESTA PIEZA? = Quiero sexo
· ¿VAMOS A VER UNA PELÍCULA? = Quiero sexo
· ¿QUIERES CENAR CONMIGO HOY EN LA NOCHE? = Quiero sexo
· ¿TE PUEDO LLAMAR EL VIERNES? = Quiero sexo
· ¿TE QUIERES CASAR CONMIGO? = Quiero que sea ilegal para ti acostarte con otro cabrón que no sea yo.
· DE COMPRAS: … SI, TE QUEDA BONITO = ¡Agárralo de una vez y vámonos de este lugar, a la chingada ya!
· QUE BONITO SE TE VE ESE VESTIDO = ¡¡Te ves bien buena y quiero sexo!!
· SI, TE QUEDA BIEN EL NUEVO CORTE = Te quedaba mejor el anterior.
· PERO, ¿CUAL ES EL PROBLEMA? = No entiendo por qué tanto pedo caray!
· ¿QUE TE PASA? = Y ahora ¿con qué jalada de autodestrucción psicológica me vas a salir?
· ¿ESTAS ENOJADA? = ¡Uy! Ya sé que no habrá sexo…
· ESTOY ABURRIDO = Quiero sexo.
· TE AMO = ¡Necesito sexo!

 

Por otra parte, dentro de la comunicación está la socialización primaria e infantil (Greenstein, 1977), además del modelaje de padres y madres con su progenie importan también las palabras, mensajes y discursos que expresan. Y en sus mensajes se reitera la incomprensión intergenérica que se traspasa automáticamente a las jóvenes generaciones. O en todo caso los chistes se hacen eco de esa transmisión, entre la broma, la catarsis y la exageración.

“Papá, papá ¿los hombres van al infierno?
Los solteros al morir, pero los casados lo pagamos por adelantado”

“- Mamá, ¿por qué te casaste con papá? – ¡Tú tampoco te lo explicas! ¿Verdad hijo?”

“Papá, papá, ¿vos te casaste por la iglesia o por el civil? ¡Por estúpido, Pepito¡ ¡Por estúpido!”

“-Mamá, ¿es verdad que descendemos de los monos?
-No sé, hija… ¡tu padre nunca quiso presentarme a su familia!”

 

Las reglas familiares

Se trata de reglas de conducta tanto abiertas –claramente establecidas–, como la hora de llegar a casa, la repartición de los quehaceres domésticos, etc., como las encubiertas o tácitas. Las reglas se van adaptando con los cambios y con el proceso o ciclo de vida de cada individuo en la familia y del núcleo familiar como grupo. Ponerle reglas a ciertos aspectos de la vida y las relaciones que se convierten en sistemas familiares de convivencia (Satir, 2002a). La existencia de reglas inmutables, rígidas e inhumanas, causan desajustes, lo mismo de la total ausencia de las reglas y de los límites claros. Eso sí, el equilibrio y el camino medio es bien complicado, como lo es para todo lo importante en la existencia.

Algo importante, llagados a este punto, es tener en cuenta que los padres, las madres, los infantes y los adolescentes se van transformando, todos crecen, más los hijos e hijas y hay que adaptarse a los cambios, ya que el cambio es parte de la existencia. También parece importante saber que van a aparecer algunos problemas como parte de la vida y de las relaciones, diferentes en cada etapa pero siempre con salidas, y hay que estar alertas y dispuestos a buscar y encontrar soluciones creativas y adaptativas, funcionales y satisfactorias para el conjunto de la familia. Destacar que los padres son los adultos de la familia y no a la inversa, como y también reconocer que los hijos les deben respeto. Así los primeros han de asumir su responsabilidad y los segundos asumir su posición familiar. Cuestión ésta cada vez más polémica y compleja en la actualidad, y que por lo mismo vamos a ahondar en estas páginas.

“- Jaimito, ¿sabes a dónde van a parar los niños que roban el dinero a los mayores? –Sí, señorita, al cine”

“Jaimito llega a la casa después de su último día de clases y le dice a su papá: -Papá, ¿te acuerdas que a principio de año me dijiste que me pagarías US$10.000 si pasaba de año?
El papá responde – Sí, hijito, ¿por qué? no me digas que… Jaimito lo interrumpe y le dice: – ¡Sí papa! ¡Te ahorre ese gasto!!!”

“Un niño fue golpeado por la vecina y la madre furiosa fue a pedirle explicaciones:
– ¿Por qué le pegó a mi hijo?
– Por maleducado, me llamó gorda.
– ¿Y cree que pegándole va a adelgazar?”

 

Algo sobre las relaciones de pareja

“En la cultura occidental podría asegurar que todos nos casamos por amor. Es posible que también abrigáramos la esperanza en que nuestras vidas se verían enriquecidas por cualquier cosa que aportara el amor: atención, gratificación sexual, hijos, condición social, sensación de pertenecer, de ser necesarios, cosas materiales y demás”. (Satir, 2002a:154)

En cuanto a las relaciones intergenéricas de pareja y los chistes sobre el tema, se podrían escribir varios libros, prueba de la importancia del desajuste y conflicto de que existe en la realidad. Aquí únicamente traemos una muy breve reflexión y su humorística ilustración, para con posterioridad pasar a las relaciones intergeneracionales en la familia.

Una temática que usualmente se resalta es la diferencia de la relación de pareja antes y después del matrimonio.

“Amor es: Cuando a tener sexo se le dice “hacer el amor”
Lujuria es: Cuando todo tu cuerpo sólo pide sexo, sexo, sexo.
Matrimonio es: ¿Qué sexo?”

“Amor es: Cuando compartes todo lo tuyo con ella.
Lujuria es: Cuando pides sexo antes de soltar (dinero, el coche).
Matrimonio es: Cuando el banco es dueño de todo.”

Amor es: Cuando tus ojos se encuentran con los de ella en medio de un cuarto
lleno de personas.
Lujuria es: Cuando tu lengua se encuentra con la de ella en un cuarto lleno de
personas.
Matrimonio es: Cuando ella te encuentra aunque te escondas en un cuarto lleno
de personas.”

“Noviazgo: Se juran amor eterno.
Aventura: Se juran mantener el secreto.
Matrimonio: Se juran venganza.”

Los chistes afilan las expresiones y palabras y las exponen de forma entre bromista y amarga. Otra temática remarca cierto hartazgo conforme el tiempo pasa y la distancia aumenta en la relación entre burla e incomprensión.

“Una mujer se levanta por la mañana, despierta a su marido y le dice:
– Cariño, he tenido un sueño maravilloso. He soñado que me regalabas un collar de diamantes por mi cumpleaños. ¿Qué querrá decir?
– El marido le contesta: “Lo sabrás en tu cumpleaños…”
Llega el día del cumpleaños de la esposa y el marido entra en casa con un paquete en la mano. La mujer, emocionada, se lo quita de las manos, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado:
– El significado de los sueños”

“Un matrimonio cumple 25 años de casados y la esposa le pregunta al marido:
¿Mi amor, qué me vas a regalar para nuestras bodas de plata?
El tipo le responde:
– Un viaje a China.
La mujer sorprendida por la magnitud del regalo, le pregunta:
– ¿Pero mi amor, si para los 25 años me regalas esto, que vas a hacer para cuando cumplamos los 50?
El tipo contesta:
-Te voy a ir a buscar”

“Mamá, mamá… ¿por qué estamos empujando el coche hacia el precipicio? – Cállate que vas a despertar a tu padre”

“Una amiga se encuentra con otra que iba llorando: -María, ¿qué te pasa? -Pues resulta que mandé a mi marido a comprar patatas para la comida, y al salir de la tienda lo ha atropellado un camión. -¡Cuanto lo siento! ¿Y ahora qué vas a hacer? -Pues tendré que hacer macarrones”

 

La comunicación es básica, los malos entendidos parecen usuales. Sobre el tema si hombres y mujeres hablan un distinto lenguaje, o el mismo lenguaje pero con las diferencias se ha reflexionado bastante. Los chistes toman esta cuestión con ligereza.

“Había en un pueblo, un padre exageradamente orgulloso de su mujer por haber tenido seis hijos, tanto que la llamaba madre de seis, esto a su esposa le molestaba muchísimo, y un día que se encontraban en una boda le grita el esposo para que todos escucharan:
– ¿Ya estás lista para irnos, madre de seis?
Con furia su esposa contesta:
– Claro que sí, padre de cuatro”

Llega un señor a su casa y le dice a su mujer:
– “Mi amor, tengo un grave problema en la oficina”.
Y su mujer le responde dándole aliento:
– “Cariño, sabes que todo lo tuyo es mío. Nunca digas tengo un problema, di: ¡tenemos un problema!”.
A lo que su marido le dice:
– “¡Muy bien! ¡Entonces, nuestra secretaria va a tener un hijo nuestro!”

“Llega un tipo a la casa a las 5 de la mañana y encuentra a su mujer con otro hombre. Entonces ella le dice:
– ¿Se puede saber dónde estuviste?
El tipo, entonces, reacciona y le dice:
– ¿Quién es ese tipo que está con vos en la cama?
– ¡No me cambies de tema! ¡Yo pregunté primero!”

 

La fidelidad, o mejor dicho la infidelidad, es otro gran tema. Aquí también sobresale la broma y burla como si de algo sin importancia se tratara. Curiosamente hay varios chistes centrados en la infidelidad femenina. Dos cuestiones estas últimas que tienen que ver con la recreación y subversión de esta narrativa social.

Resulta que un tipo vuelve a su casa después de haber estado con su amante, y mientras se estaba arreglando se ve un terrible rasguño. Preocupado el tipo entra a la casa y justo ve pasar al gato, entonces le pega una terrible patada y el gato sale volando y gimiendo:
– ¡Miauuuu!
Entonces viene la mujer corriendo y le dice:
– Pero, querido, ¿qué pasa?
– Nada, este gato que me atacó y me hizo un rasguño.
– Sí, mi amor, mátalo, mátalo que a mí me dejo este terrible chupetón en el cuello”

“Una pareja dormía plácida y profundamente como bebés inocentes. De pronto como a eso de las 3 de la mañana se escuchan ruidos fuera del dormitorio. La mujer se sobresalta y totalmente espantada, le dice al hombre:
– ¡Dios, debe ser mi marido!
El tipo se levanta espantadísimo y desnudo, salta por la ventana y se da un golpe de puta madre, cayendo sobre una enredadera con espinas. A los pocos segundos regresa y le dice:
– Pero… ¡si tu marido soy yo!””

“Se encuentran dos amigos y le dice uno al otro: – No sabes lo que me pasó ayer. Llego a casa y me encuentro a mi mujer en la cama con un culturista. El caso es que para mi sorpresa .el tío cachas va y me coge del cuello, me empuja a un rincón, me pinta una raya en el suelo y me dice: – Como pises esta raya, te mato. Y acto seguido se vuelve a la cama con mi mujer a continuar la faena. – ¡Vaya situación! y tú, ¿qué hiciste? – ¿Yo?… ¡Qué se creería ese tío! ¡Cuando no miraba, pisaba la raya!”

Finalmente, la familia de origen de la pareja entra en la escena del conflicto y no para bien, otra forma de desavenencia y descarga interpersonal o intrafamiliar.

“Un matrimonio van en coche enfadados cuando pasan por un campo de cabras. En ese momento le dice el hombre a su mujer:
– Mira, familiares tuyos.
Ella responde:
– Sí, mis suegros”

“Una mujer le dice a su marido:
– ¡Cariño! ¡Mi madre se va a tirar por la ventana!
– ¡Corre, toma las llaves y aparta el coche!”

Como se observa la agudeza de los chistes, amparada en lo gracioso y bordeando la crueldad, parece no tener límites. Y es que cuanto más tendencioso (Freud, 2008) sea un chiste más divertidos resulta y más mueve a la risa.

 

La progenie: del nacimiento al nido vacío

“El día en que alcanzamos la mayoría de edad legal cambiamos nuestra relación respecto a la dependencia y la responsabilidad. Desde el punto de vista de la ley, somos adultos y tenemos la responsabilidad; para ser exitosos, necesitamos adquirir –o poseer ya- el aprendizaje necesario para hacer posible lo anterior”. (Satir, 2002a: 319).

Varios son los chistes en torno a las relaciones familiares ante el nacimiento de los hijos, o sobre el cuidado de éstos en los primeros años, incluso cuando ya en edades jóvenes abandonan el hogar, pasando por supuesto por la inquieta etapa adolescente. Se puede realizar un recorrido del ciclo de vida reproductivo de una pareja y la relación con su progenie, o de ésta con aquella, no importa el orden, la ocurrencia o sabiduría popular describe y explica todo lo que acontece, eso sí con su particular mirada, que insistimos no sólo relativiza conflictos, sino que y también, como defendemos en estas páginas, aligera o suaviza penas.

El placer de ser padres y tensiones de la crianza va de la mano. En ocasiones aparecen problemas de celos de los padres a los hijos. También es un momento cuando se dan algunas separaciones. Y es que ser padres reordena la relación y la vida misma. Desde el reparto de responsabilidades, la necesidad de tiempo personal y tiempo de la pareja, discrepancias en torno a la educación de los hijos, las relaciones familiares en general, la comunicación y entendimiento, hasta incluso replantearse una ruptura como cambio, no como fracaso. Además, y por supuesto, las no siempre fáciles relaciones intergeneracionales, entre los padres y sus hijos

“Conversación entre amigas:

-En unos años dejé de hacer todo lo que me encantaba hacer.

-¿Tuviste una crisis personal importante? ¿Estás deprimida?

-No, tuve trillizos”

-¿Qué hiciste primero, la tesis universitaria o la antítesis? –pregunta un profesor a una profesora-.

-No entiendo.

-Sí, mujer, si primero hiciste la tesis y luego tuviste hijos, o si primero tuviste hijos y luego hiciste la tesis”

“¿Papá, dónde está África? Pregúntaselo a tu madre que es la que guarda todo”

“Suena el teléfono en la escuela:
– ¿Aló? – ¿Sí? ¡Buenos días!
– Mi niño hoy no pudo ir a la escuela porque estaba enfermo.
– ¿Ah sí? ¿Y con quién hablo? – Con mi papá”

“Le pregunta Rosita a su mamá Marisabel:
-¿Mami, de donde vienen los seres humanos?
Ella le contesta que venían de Adán y Eva. La niña un tanto confusa aún va hacia su papa y le hace la misma pregunta.
Él le contesta:
– Mira, hija, nosotros venimos de nuestros antepasados, los monos.
Ella preocupada por esto regresa con su mamá y le dice lo que su papá le había dicho. Ella le contesta:
– Hija yo estaba hablando de mi familia, no de la de tu padre”

Una madre le dice a su hijo:

– Hijo, te quiero porque eres tan golfo y sinvergüenza como tu padre.

Y su marido, que lo estaba oyendo, dice:

– Oye, que yo nunca fui un golfo ni un sinvergüenza, ¡eh!

– Perdona, he dicho como su padre”

“El hijo pregunta al padre:
– Papá, ¿es cierto que en la China Antigua los hombres no conocían a sus mujeres hasta después de haberse casado?
– Hijo mío, eso ha pasado siempre en todas las partes”

“En un divorcio, un amigo le pregunta al divorciado: ¿Oye, como te fue en el divorcio?… ¿Y tus hijos?…!
Pues más o menos –contesta-, fíjate que había quedado con mi esposa que los hijos se quedarían con aquél que recibiría más dinero…y ¿qué crees? ¡Pues que se quedaron con el Abogado!”

Expresar de la manera adecuada y en el momento adecuado lo que molesta o es un problema, escuchar sentimientos y razones mutuas. Ser honestos con nosotros mismos y con los demás. A veces la propia frustración se proyecta hacia la pareja o hacia los hijos. Compartir sentimientos y necesidades, evitando reproches y buscando solución satisfactoria para ambas partes. Y qué decir de los hijos cuando les piden ayuda a sus padres y, poco a poco, se van autonomizando, acompañarlos, modelar, felicitarlos: ofrecer modelos claros, confiar en su autorregulación, no hacer lo que ellos necesitan hacer solos, aplaudirles los logros, no premiar lo que no queremos que pase, promover el comportamiento que queremos y evitar el que no deseamos. Todo un manual de buenos deseos que se estrella con la realidad como la ola del mar en la arena de la playa.

-Pero Jaimito, ¿no te da vergüenza? A tu edad Einstein era el primero de la escuela –le dice su padre. -Y a la tuya ya era Premio Nobel –responde Jaimito”

La madre de Jaimito le dice: A ver, si te portas bien, porque cada vez que haces algo malo me sale una cana. Ah, entonces tú debiste haber sido tremenda, porque fíjate como está la abuela”

“Le dice la mamá a Pepito: Pepito, ¿por qué le pegaste a tu hermana con la silla? ¡Porque el sofá estaba muy pesado!”

Pero qué duda cabe que dentro de este mundo humorístico sobre los hijos es la adolescencia, la edad que presenta un mayor número de relatos o de imágenes relativas a la problemática que esta etapa de la vida se despliega. Los chistes son reflejo de la realidad social, la producen también, pero y qué duda cabe que la reflejan de forma cabal.

Una adolescente en un centro comercial: -Señorita, una pregunta, si este vestido les gusta a mi mamá ¿puedo cambiarlo?”

“El padre le dice al hijo –Creo que ha llegado el momento de hablar de sexo. El hijo responde –Sí papá ¿qué quieres saber?”

“Un amigo a otro amigo -Mi hijo ya es adolescente y ya tuvimos la primera charla de sexo. –Y ¿Cómo fue? –Pues muy bien yo aprendí mucho”

“El hijo le dice al padre: -Me han dicho en la escuela que es necesaria más comunicación. El padre -¿Qué quieres que te compre otro celular o una computadora más moderna?”

“El padre le dice al hijo –Cuando yo tenía tu edad lo que no sabía se lo preguntaba a mi papá. El hijo sorprendido interroga -¿No había google o Wikipedia?”

“Una madre a su hija:-No te comprendo. Una hija a su madre: -Yo tampoco”

“El hijo a su padre –Ya no necesitas explicarme lo de las abejas y las flores…lo vi todo en tus páginas favoritas de Internet”

Tras la adolescencia, la edad de los hijos mayores que permanecen en su rol de hijos en el hogar a una edad ya adulta; fenómeno que tiene una forma particular en nuestros días y sobre el cual también hay chistes; como reiteramos nada, se escapa a esta narrativa popular.

“-¿Dónde está mi bebito?

-Mamaaá que ya tengo 34 años.

-Pues entonces buscas trabajo y te vas de casa.

-Aquí etá tu bebitooo mamiiita”

“-Papá voy a salir

-¿Me estás pidiendo permiso hijo?

-No, te estoy pidiendo dinero”

No olvidamos tampoco la relación entre hermanos y hermanas también con sus problemas que los chistes recogen.

“Llegas a tu casa y saludas a tu madre: -Hola, mamá. A tu padre: -Hola, papá. A tu hermana: -Hola, estúpida. Y luego a tu perro: -Hola mi perrito lindo y hermoso, te extrañé mucho, cómo has estado mi perrito bello, el más bonito del planeta”.

“Novios: -Te quiero. –Yo te quiero más.

Amigos: -Te quiero. –Yo te quiero a ti.

Hermanos: -Te quiero. -¿Qué quieres?”

 

Del nido vacío a la vejez de la pareja y la “abuelez”

Cuando las hijas e hijos se van a emprender su propia vida, es cuando la pareja prosigue su relación, en unos casos se reencuentra y redescubre o se distancia y separa. Hay conflictos en la relación, hay que re articularla y consolidarla o hay una ruptura. Se deben repensar los gustos y las posibilidades en común. También es cuando las parejas ajustan cuentas pendientes no resueltas en el pasado, cuando rebrotan desencuentros y conflictos añejos, a veces de la peor manera. Es tiempo también de un nuevo rol, el ser abuelos y abuelas en una nueva relación intergeneracional, en este caso con los nietos y nietas.

“Dos ancianos, hablando sobre el envejecimiento, y uno le dice al otro:
– La peor parte se la llevan nuestras mujeres, y además ellas se niegan a admitir que envejecen y tratan siempre de esconder sus achaques.
-Tienes mucha razón, pero he encontrado un buen truco para hacerles ver sus discapacidades a través de un sencillo juego: Así, si quieres saber si tu mujer empieza a quedarse sorda, colócate a 10 metros de ella y hazle una pregunta. Después, cuando veas que no te responde, acércate a 5 metros. Después a 2 metros, y después a 1 metro. Y entonces no le quedará más remedio que darse cuenta de que está sorda.
El anciano encuentra que la idea es muy buena y cuando vuelve a casa se coloca a 10 metros de su mujer y le pregunta con voz fuerte:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. Entonces se acerca a 5 metros y le pregunta de nuevo:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta, por lo que se acerca a 2 metros y le pregunta:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. El tipo totalmente asombrado, se aproxima a 1 metro y grita:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
Su mujer se gira y le dice, con cara de exasperación:
– TE LO DIGO POR CUARTA VEZ,
– ¡POLLO CON PATATAS!”

“Una mujer acompaña a su marido a la consulta del médico. Después del chequeo, el galeno llama a solas a la mujer a su despacho y le expone:
-Tu marido tiene una enfermedad muy grave combinada con un estrés horrible. Si no haces lo siguiente, sin duda morirá: cada mañana prepárale un desayuno saludable. Sé amable y asegúrate de que esté siempre de buen humor. Prepárale para la comida algo que le alimente bien y que pueda llevar al trabajo. Y cuando vuelva a casa más tarde, una cena especial. No le agobies con tareas, ya que esto podría aumentar su estrés. No hables de tus problemas ni discutas con él, sólo agravarás su estrés. Intenta que se relaje por las noches utilizando ropa interior sexy y dándole muchos masajes. Anímale a que vea algo de deportes en la televisión. Y, lo más importante, haz el amor con él varias veces a la semana y satisface todos sus caprichos sexuales. Si puedes hacer esto durante los próximos diez o doce meses, creo que tu marido recuperará su salud completamente.
De camino a casa, el marido pregunta a la mujer:
– “¿Qué te dijo el médico?”
– “Que te vas a morir””

“Una pareja de ancianos discute.
– Cuando te mueras voy a comprar una losa que diga: “Aquí yace mi mujer, tan fría como siempre”.
– Y yo voy a poner: “Aquí yace mi marido, al fin rígido!””

“Va un niño a junto su padre y le pregunta: – Papá, papá, ¿los marcianos son amigos o enemigos? – ¿Por qué, hijito? – ¡Porque se han llevado a la abuela! ¡Ah, bueno! Entonces son amigos…”

“-Abuelita, cierra los ojos.
-¿Y por qué quieres que cierre los ojos?
-Porque papá ha dicho que, cuando tu cierres los ojos, seremos millonarios”

“La abuelita daba consejos a su nietecita.
– Escucha chiquitina: ¡toda mujer debe tener un gran amor en su vida!
– Y tú, abuelita, ¿quién fue tu gran amor?
– Los marinos”

Discusión y conclusiones

Podemos concluir cómo el humor de los chistes recoge las relaciones interpersonales, recapitula la vida de pareja, la crianza de los hijos, en fin, las relaciones humanas en el núcleo familiar como señala Satir (2002a). Aquí se ha pasado revista a la familia y sus relaciones, las diferentes etapas del ciclo reproductivo y sus cambios desde la mirada humorística que la describe y agudamente muestra y remarca desencuentros y conflictos, desconfianza e incomunicación, desajustes y hasta enfrentamientos.

El relato de los chistes apunta desde los problemas de autoestima hasta la interferencia comunicativa en la pareja, pasando por las discrepancias padres e hijos, hasta llegar a la época final de la vida de la pareja. No hay nada, o poco, de lo que no dé cuenta esta narrativa social popular, anónima y sabia, de creación espontánea pero contextualizada en la realidad social. Una realidad social compleja y difícil, dolorosa y cruel, lo mismo que alegre y plácida. Si bien y sin duda el chiste hace hincapié en lo primero. Experto en descubrir y desnudar problemas, en matizarlos o exagerarlos, en aprovecharlos para crear un juego de palabras que comunique y venza la gravedad del asunto con un movimiento mental, emocional y físico, la risa.

Y así llegamos al segundo objetivo de este texto: remarcar la importancia del chiste como una forma de externar tensión familiar, cultural, emocional, personal y colectiva, psicológica y social, a través del discurso. Y por medio de la risa o sonrisa también destensar el cuerpo, la energía, la mente y hasta el alma.

Si los chistes reflejan ironía y amargura, su resultado se materializa en una relativitalización de problemas y una reenergéticación muscular y mental. Es por ello que en la balanza entre lo políticamente correcto y la dimensión pseudoterapeútica de la catarsis, vale la pena apostar a la segunda. Los chistes no resuelven problemas, su función es comunicativa y expresiva y provocar sonrisas y risas. Los conflictos familiares, permanecerán o no, a pesar de la existencia o no de los chistes. Por lo que bien vale la pena observarlos y reflexionar sobre su contenido, contarlos y escucharlos, compartirnos, darnos cuenta de su contenido y reflexionar sobre el mismo. Cuando ya no tengan sentido se extinguirán, desaparecerán, sólo quedarán escritos en libros o artículos como éste. Concluimos con la clara conciencia de la dificultad del cambio social, de la inevitabilidad del chiste, pero y también con la valoración del humor para la salud, la vida familiar y la existencia en general.