En años recientes, pero sobre todo a partir de la pandemia de COVID-19, los problemas de salud mental se han vuelto cada vez más frecuentes. De acuerdo a los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), tan solo tras medio año de pandemia, un 25% de jóvenes habían contemplado cometer suicidio. Ante dicha situación, han surgido muchas apps y otras opciones, como los agentes de voz de algunos dispositivos electrónicos, para el cuidado de la salud mental. Sin embargo, aún se discute si estas opciones son realmente efectivas, con algunas opiniones apuntando a resultados esperanzadores, aunque las investigaciones apenas comienzan a arrojar luz sobre el tema.

Respecto a los agentes conversacionales basados en voz, varias instituciones realizan investigaciones para desarrollar este tipo de tecnología para ayudar en el cuidado de la salud mental. Tal es el caso de la Universidad Técnica de Dinamarca, donde proponen en un estudio el desarrollo de un agente conversacional basado en un altavoz inteligente.

Según los investigadores, la literatura científica sobre el tema sugiere que este tipo de sistemas debe captar el tono, el volumen, la entonación y la velocidad del habla de los pacientes. Esto debido a la evidencia que señala estos factores como marcadores para diagnosticar el estado mental de un paciente, aunque esto plantea diversos problemas de almacenamiento de datos y de privacidad.

Como solución a estos problemas, los investigadores propusieron para su agente conversacional grabar únicamente estas funciones de voz cuando el paciente provee sus autoinformes sobre el sueño, su estado de ánimo y el nivel de actividad en el hogar. Al no grabar de manera continua, afirma el estudio, aumentará la adherencia y se disminuirá la carga de almacenamiento de datos y el costo computacional.

Sobre la utilidad de este tipo de sistemas, una revisión sistemática de estudios, publicada en Journal of Medical Internet Research abordó el tema. Los investigadores concluyeron que la heterogeneidad en los métodos de investigación, el número limitado de estudios identificados y el alto riesgo de sesgo muestran, la investigación en esta área recién comienza. Sin embargo, reconocen, la precisión de los sistemas y la aceptación de la tecnología son alentadores, aunque aún se debe establecer evidencia más concluyente sobre la eficacia de esta tecnología.

Otro estudio sobre la eficacia de los chatbots con inteligencia artificial de aplicaciones para el cuidado de la salud mental señala que estos puede proporcionar herramientas y un foro para discutir problemas. También, asegura el estudio, ofrecen una forma de rastrear estados de ánimo y aumentar la alfabetización en salud mental. Sin embargo, concluye, estos no tienen la capacidad para reemplazar a un terapeuta o a algún otro médico especialista en salud mental. Para un impacto positivo de los chatbots y las aplicaciones para el cuidado de la salud mental, estos deben funcionar bajo regulación sanitaria, aseguran los investigadores.

Similarmente, un estudio de 2019 encontró que pocas aplicaciones para la depresión y la prevención del suicidio, disponibles en Google Play Store y la AppStore de Apple, cumplen con pautas clínicas. Muchas de ellas proporcionan números de teléfono de líneas de ayuda para crisis suicidas equivocados o inexactos. Además, sólo cinco de 69 apps de prevención de la depresión y el suicidio ofrecieron las seis estrategias de prevención del suicidio basadas en evidencia. Esto demuestra un fracaso de las tiendas de aplicaciones y de la industria de las aplicaciones de salud para garantizar la calidad y la seguridad de estos productos.

Aunque la investigación sobre si las apps para el cuidado de la salud mental son efectivas aún está en sus comienzos sus resultados son esperanzadores. Esto debería motivar a los investigadores, desarrolladores y organizaciones de salud en trabajar en su regulación con base en la evidencia de su efectividad. De esta manera podrán ofrecerse a los pacientes como una ayuda adicional al tratamiento que reciban de parte de un profesional de la salud mental.