El estudio que cuenta con el financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a través del Fondo Sectorial de Ciencias Básicas, se centra en la investigación en torno a los receptores del trifosfato de adenosina (ATP).

Con dicha molécula de energía funcionan todas las células, pero hasta ahora se desconocía la existencia de receptores renales que se alteran con varias enfermedades, entre ellas la hipertensión arterial.

De acuerdo con el estudio “Epidemiología de la insuficiencia renal crónica en México”, cada año se suman 40 mil nuevos casos de este padecimiento y la tasa de crecimiento, que en muchos casos deriva del mal tratamiento de otras enfermedades crónico degenerativas, como hipertensión y diabetes, es de 11% anual.

En entrevista para la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la especialista del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, Martha Franco Guevara, dijo que la investigación se centró en el riñón, porque aun cuando se controlan los factores que ocasionan el daño, una vez que el órgano está afectado, su proceso degenerativo es irreversible y progresivo.

“Una vez que se daña el riñón, aunque se controle la presión arterial o la diabetes, el daño sigue avanzando y llega a producir fibrosis e insuficiencia renal crónica, lo que significa que deja de funcionar, y por ello decidimos estudiarlo”, detalló.

La especialista del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) mencionó que el equipo de investigación se centra en el estudio de diversas sustancias que pudieran evitar que se siga con el daño en el riñón.

Desde hace varios años, la investigadora estudia la hipertensión inducida por angiotensina II en modelos murinos (ratas), toda vez que la función de su riñón es muy parecida a la de los humanos. A partir de ese trabajo, indujeron hipertensión a las ratas y les produjimos daño renal.

"Para inducir la hipertensión, utilizan angiotensina por ser un vasoconstrictor potente y porque previamente ya se había demostrado que las concentraciones de ATP se elevan en el riñón", explicó.

"Este trabajo de investigación es novedoso porque no se había asociado que los receptores del ATP en el riñón hipertenso fueran nocivos", resaltó la especialista.

Señaló que el modelo animal utilizado en este estudio sienta las bases para que compañías farmacéuticas comiencen el desarrollo de sustancias que prevengan la progresión del daño renal y luego, esas mismas sustancias sean administradas a pacientes con alteraciones renales.

“Lo importante al tratar a pacientes con daño en el riñón es evitar que lleguen a la diálisis y ese sería el impacto de nuestro trabajo a largo plazo. No obstante, nuestro grupo de trabajo estudia actualmente la función de los mismos receptores pero en las células inflamatorias para evitar mayores daños renales", agregó.