Datos y cifras

  • A nivel mundial, 400 millones de personas carecen de acceso a uno o más servicios sanitarios básicos.
  • Cada año 100 millones de personas se ven empujadas por debajo del umbral de la pobreza y 150 millones acaban teniendo graves problemas económicos por tener que pagar esos servicios de su propio bolsillo.
  • El 32% del total de gastos médicos en todo el mundo corresponde a pagos realizados por los pacientes de su propio bolsillo.
  • Ofrecer servicios de salud integrados y centrados en las personas es fundamental para alcanzar la cobertura sanitaria universal.
  • En los próximos veinte años, habrá que formar y desplegar entre 40 y 50 millones de trabajadores sanitarios para cubrir las necesidades en atención de salud.
  • A nivel mundial, siguen sin registrarse dos terceras partes (38 millones) de los 56 millones de muertes que se producen cada año.

¿Qué es la cobertura sanitaria universal?

Se entiende que hay cobertura sanitaria universal cuando toda la población dispone de los servicios de salud que necesita sin que el pago de esos servicios le cause dificultades económicas. Deben estar cubiertos todos los servicios sanitarios esenciales, con una dispensación de calidad, incluidos la promoción de la salud, la prevención y el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos.

La cobertura universal debe abarcar intervenciones clave contra las principales causas de morbilidad y mortalidad. El objetivo principal de la cobertura universal es que la calidad de los servicios sea suficientemente buena para mejorar la salud de quienes la reciben.

Si la gente tiene que pagar la mayoría de los gastos de su propio bolsillo, los pobres serán incapaces de obtener muchos de los servicios que necesitan, e incluso los ricos se verán expuestos a dificultades económicas en caso de enfermedad grave o prolongada. El acceso a los servicios necesarios y a la protección contra los riesgos financieros se puede mejorar a través de diversos mecanismos basados en la mancomunación de fondos (por medio de impuestos, otros ingresos públicos y/o cotizaciones) que hacen que los riesgos financieros relacionados con las enfermedades sean sufragados por el conjunto de la población y posibilitan una financiación cruzada, entre ricos y pobres o bien entre sanos y enfermos.

La cobertura universal no puede implantarse de un día para otro en todos los países. Sin embargo, todos ellos pueden adoptar medidas para avanzar más rápidamente hacia su consecución, o para mantener los logros ya alcanzados. En países donde los servicios de salud tradicionalmente han sido accesibles y asequibles, los gobiernos están teniendo cada vez más dificultades para satisfacer las crecientes necesidades de salud de las poblaciones y financiar unos gastos sanitarios que no dejan de ir en aumento.

Los principales factores para determinar qué servicios deberían ser priorizados por los países son: el contexto epidemiológico, los sistemas de salud, el nivel de desarrollo socioeconómico y las expectativas de la población.

La cobertura universal está firmemente anclada en la Constitución de 1949 de la OMS, que declara la salud un derecho fundamental de todo ser humano y establece el objetivo de alcanzar el grado más alto posible de salud para todos.

Algunos conceptos erróneos

  • La cobertura universal no tiene que ver exclusivamente con la financiación de la atención sanitaria; para ser viable, debe cubrir todos los componentes del sistema de salud, a saber: los sistemas de prestación de servicios, el personal sanitario, los establecimientos sanitarios y las redes de comunicación, las tecnologías sanitarias, los mecanismos de garantía de la calidad, la gobernanza y la legislación.
  • La cobertura universal no consiste solo en garantizar un conjunto mínimo de servicios de salud, sino también en asegurar, conforme aumenten los recursos disponibles, una ampliación progresiva de la cobertura de servicios de salud y de la protección contra los riesgos financieros.
  • Cobertura universal no es sinónimo de cobertura gratuita de todas las intervenciones posibles de salud, con independencia del costo, pues ningún país es capaz de ofrecer gratuitamente de forma sostenible todos los servicios.
  • La cobertura universal va mucho más allá de la salud; avanzar hacia ella significa avanzar hacia la equidad, hacia las prioridades en materia de desarrollo y hacia la inclusión y cohesión social.

Un sistema de salud sólido: requisito imprescindible

Para avanzar hacia la cobertura universal, es necesario fortalecer los sistemas de salud en muchos países. Uno de sus componentes más importantes es la financiación de la salud, con énfasis especial en la recaudación de fondos suficientes, la máxima reducción posible de los pagos directos, mediante sistemas de prepago y mancomunación, y la utilización eficiente y equitativa de los fondos disponibles (incluidas las contribuciones de donantes, cuando proceda).

Los países también deben contar con un personal sanitario capaz de hacer funcionar un sistema de salud asequible, eficiente y bien gestionado y que satisfaga las necesidades de salud prioritarias por medio de una atención integral, centrada en las personas y de buena calidad. También son imprescindibles una buena gobernanza, unos sistemas sólidos de adquisición y suministro de medicamentos y tecnologías sanitarias, y unos sistemas eficientes de información sanitaria.

El concepto de cobertura universal no solo se centra en los tipos de servicios que deben cubrirse, sino también en el modo en que se debe asegurar esa cobertura, con énfasis en una atención sanitaria centrada en las personas y en la integración de los servicios sanitarios. Es necesario dar un nuevo enfoque a la prestación de servicios sanitarios, para adaptarlos a la población a la que deben atender. Los sistemas de salud deberían reorganizarse en torno a las necesidades y expectativas de las personas, desde el punto de vista de su salud integral a largo plazo, lo que, a su vez, les ayudará a comprender mejor sus propias necesidades sanitarias.

Por integralidad de los servicios sanitarios se entiende una prestación que permite a las personas beneficiarse de un proceso asistencial integrado por servicios de promoción de la salud, prevención de enfermedades, diagnóstico, tratamiento, manejo de enfermedades, rehabilitación y cuidados paliativos, y ello en los diferentes niveles de atención y lugares de dispensación que conforman el sistema de salud, en el transcurso de toda su vida. Este modelo también contribuye a que los miembros de una comunidad estén mejor preparados para adoptar sus propias medidas preventivas, lo que a la larga promoverá la eficiencia y contribuirá al ahorro de gastos.

Ventajas de la cobertura universal

La cobertura universal contribuye al mantenimiento y a la mejora de la salud. La buena salud ayuda a los niños a aprender y a los adultos a ganarse la vida. Esto, a su vez, ayuda a las personas a escapar de la pobreza y proporciona la base necesaria para un desarrollo económico a largo plazo.

Al mismo tiempo, la protección contra los riesgos financieros relacionados con la salud impide que una persona se vea abocada a la pobreza porque una enfermedad inesperada la obligue a gastar todos sus ahorros, a vender todos sus bienes e incluso a endeudarse para hacerle frente, destruyendo así su propio futuro y a menudo también el de sus hijos.

Seguimiento de los progresos

El seguimiento de los avances hacia la consecución de la cobertura universal debería centrarse por un lado en la cobertura de la población con servicios de salud esenciales de calidad y, por otro, en la protección financiera contra pagos directos catastróficos relacionados con la atención sanitaria. Es primordial prestar especial atención a los grupos de población más desfavorecidos, como las personas que viven en condiciones de pobreza extrema o los habitantes de zonas rurales remotas.

La función de seguimiento debe inscribirse dentro de un marco más amplio de desempeño de los sistemas de salud que posibilite la supervisión del personal sanitario, los medicamentos y las tecnologías, así como la medición de las repercusiones sobre la salud y la seguridad financiera.

Es importante que los países midan los progresos que vayan realizando hacia la cubertura sanitaria universal. Dado que el contexto varía de país en país, los indicadores de medición pueden centrarse en aspectos diferentes. También puede ser de gran utilidad contar con un marco mundial para el seguimiento de los progresos hacia la cobertura universal que establezca una serie de parámetros de medición normalizados e internacionalmente reconocidos, lo que facilitará las comparaciones entre países y en el tiempo.

Respuesta de la OMS

La OMS está ayudando a los países en sus esfuerzos por fortalecer sus sistemas de salud y por avanzar hacia la cobertura universal, y mantener los logros alcanzados; también les presta apoyo para asegurar el debido seguimiento de los progresos en esta esfera.

La OMS ha elaborado, junto con el Banco Mundial, un marco para el seguimiento de los avances hacia la cobertura universal. La labor de seguimiento permite a los países comprobar los objetivos y centrarse en las esferas que requieren especial atención. El marco cuenta con 3 indicadores generales:

  • cobertura de servicios sanitarios;
  • protección contra riesgos financieros; y
  • cobertura para el conjunto de la población, con énfasis en la equidad.

La finalidad de medir esos indicadores es lograr progresivamente la cobertura universal para todos los países.

Este no es más que uno de los muchos ejemplos de iniciativas de colaboración en la esfera del fortalecimiento de los sistemas de salud de cara al logro de la cobertura universal. El brote de ebola ha puesto claramente de manifiesto las necesidades que subsisten en este ámbito y ello pese a las importantes cuantías aportadas en los últimos años para enfermedades concretas. Otros ejemplos de iniciativas de colaboración en esta esfera:

  • Alianza Sanitaria Internacional Plus (IHP+)
  • Alianza para la Investigación en Políticas y Sistemas de Salud
  • Providing for Health (P4H)
  • Alianza Mundial en pro del Personal Sanitario
  • Alianza por la Cobertura Sanitaria Universal

En 2008 los Estados Miembros aprobaron la resolución sobre Fortalecimiento del diálogo nacional con el fin de elaborar políticas, estrategias y planes de salud más sólidos. La OMS está preparando en estos momentos un manual sobre políticas, estrategias y planes nacionales de salud para el logro de la cobertura sanitaria universal, que confía será adaptado por los ministerios de salud para la realización de talleres de capacitación.

Todos los países pueden hacer algo más por mejorar los resultados sanitarios y combatir la pobreza, ampliando la cobertura de servicios de salud y reduciendo el empobrecimiento asociado al pago de servicios médicos.

 

.